sábado, 17 de septiembre de 2011

Háblame un segundo, te pido que compartas conmigo el ruido del lugar. Cuéntame de ella, que yo te hablaré de él; terminemos la botella (fondo blanco), y te invito a un hotel. Yo pensaba que querías curarte las heridas, como yo; y entregarse a la locura, no es más que una aventura sin pensar.
Edén, un edén para los dos. Un refugio entre tu piel y mi piel, las horas, cómo llega el amanecer. Seremos extraños, dos extraños sin nada que perder. Somos sólo dos fantasmas de estación, que se encuentran esta noche a cantar esta canción.

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