¿Cómo puedes pensar que me estás dando más pesares que alegrías? Nadie sabe con exactitud dónde se sitúa la frontera entre el dolor y el placer: a menudo yo pienso que resulta imposible separarlos.
Tú me das tanta alegría que llega a dolerme, y me provocas tanto dolor que llego a sonreír.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
invitados están a comentar...