domingo, 15 de julio de 2012

-¿No me olvidarás jamás?-me preguntó en un susurro.
-Jamás te olvidaré. No podría hacerlo.

Ahora sé por qué me pidió que no la olvidara. Por supuesto, ella intuía que mi memoria iría borrándose algún día. Por eso me lo pidió: «No me olvides nunca. Recuerda que he existido». Este pensamiento me llena de una tristeza insoportable. Porque Naoko jamás me amó.

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