viernes, 7 de diciembre de 2012

Algunas noches mientras leía junto a la chimenea, levantaba la vista y lo veía mirándose fijamente las manos vacías. Algunos días, al echar un vistazo por la ventana de la cocina, lo encontraba contemplando el cielo inquisitivamente. Él escuchaba, pensaba, recordaba: Maddy se dio cuenta de que estaba sufriendo. Quiso correr hasta él y golpearlo porque la estaba lastimando. No estaba bien: no debería querer herirla, no tenía permiso de causarle dolor; no, porque sabía que ella lo amaba; no, porque ella se esforzaba tanto en ser amada. Dijo:
-Ahora tienes una vida conmigo, eres feliz.-en caso de que él no lo supiera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

invitados están a comentar...