miércoles, 5 de diciembre de 2012

Caminaba por el bosque con la mirada en el suelo, como si pudiera encontrar algo que alguna vez se había caído sin darme cuenta, algo que lo explicara. Pensaba que cuánto vive la gente: tantos días de mantenerse en pie, tantas noches en vela. Pensaba en todos los errores que puede cometer uno durante su vida, en las decisiones que pueden tomarse una vez y nunca más. Después de unas cuantas semanas, dejé de pensar: resulta fácil hacerlo. Si únicamente piensas en las cosas que te lastiman, tu mente tiene piedad y construye una caja blanca, donde te permite esconderte.

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